¿Qué es el viaje de Polifilo?

La respuesta está en la Hypnerotomachia Polifili o Sueño de Polifilo, una de las obras literarias más hermosas y controvertidas del Renacimiento. No se sabe mucho acerca de quién la escribió. Los estudiosos piensan en dos posibles candidatos, uno veneciano y un romano.

El libro, consta de dos partes, diferentes en contenido, tamaño y estilo literario, aunque no hay dudas de que pertenece a la misma persona.

En la primera parte, el protagonista de ambas, Polifilo, cae en un sueño febril y hace un complicado viaje, a través de regiones y construcciones alegóricas en busca de su amada Polia. La segunda mitad se enmarca dentro del mismo sueño, pero esta vez es Polia quién cuenta su historia y la de Polifilo. Cuando la narración de Polia termina, Polifilo despierta y maldice la luz del día por haberle arrancado a su amor.

A primera vista, El sueño de Polifilo, parece una inocente historia de amor. Pero tras esta aparente simpleza, se oculta un profundo y complejo tratado sobre la mística del Renacimiento. Es el intento desesperado de los Humanistas por proteger y preservar de la destrucción toda su sabiduría.

El mismo nombre de Polifilo, nos revela el primer misterio descubierto. Poli significa sabiduría al igual que Polia y Filo: amor. Pilifilo es el amante de la sabiduría (Polia). Y su sueño simboliza el viaje del hombre en busca del conocimiento trascendental. Una búsqueda tortuosa en la que tiene que despojarse de todo lo material y mundano, para alcanzar la espiritualidad absoluta.

Se pudiera asociar a Polifilo con el arquetipo del héroe trascendido. El hombre que ya ha concluido todas sus batallas terrenales y busca una ascensión espiritual y un conocimiento, más allá de lo humano.

Este enlace le permitirá leer el libro
http://mitpress.mit.edu/e-books/HP/hyp000.htm





jueves, 12 de julio de 2007

Nada

Es la ausencia, es el silencio de ti que no te hallo, que no estás. Cierro los ojos, trato de verte, te invento. Tus olores, tus colores. Amor, sí, es amor, dice mi seco y laserado corazón. Lo dice mi alma, y no quiero escuchar, porque es amarga la esperanza vana. Es mejor no sentir, no esperar nada.

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